Nuestra Señora de las Gracias

En su primera aparición, la Virgen se apareció a Santa Catalina con un signo del cielo: una medalla bendita con su retrato que fue llamada milagrosa después de ayudar a los cristianos a alcanzar las gracias que habían pedido.
Ya en la segunda aparición pide que las medallas se lleven alrededor de su cuello para que las gracias abundantes puedan ser realizadas en todo el mundo.


La Medalla Milagrosa

La Serpiente: María aparece aplastando la cabeza de la serpiente. La mujer que aplasta la cabeza de la serpiente, que es el diablo, ya estaba predicha en la Biblia, en el libro del Génesis: "Pondré enemistad entre tú y la mujer... te aplastará la cabeza y tratarás en vano de morderle el talón". Dios declara el comienzo de la lucha entre el bien y el mal. Esta lucha es ganada por Jesucristo, el "nuevo Adán", junto con María, la corredentora, la "nueva Eva". Es en María donde se cumple esta sentencia de Dios: la mujer aplasta finalmente la cabeza de la serpiente, de modo que la muerte ya no puede esclavizar a los hombres.
Los rayos: Simbolizan las gracias que la Virgen concede a sus devotos. La Santa Iglesia, por lo tanto, llama al Tesorero de Dios.

Stella Maris

Las 12 estrellas: Simbolizan las 12 tribus de Israel. María Santísima también es saludada como "Estrella del Mar" en la oración Ave María, Stella Maris. El corazón rodeado de espinas: Es el Sagrado Corazón de Jesús. Fue María quien lo formó en su seno. El corazón traspasado por una espada: Es el Corazón Inmaculado de María, inseparable del de Jesús: incluso en las horas difíciles de su Pasión y Muerte en la Cruz, Ella estaba allí, compartiendo su dolor, siendo nuestra corredentora.
La M: Significa María. Esta M sostiene el travesaño y la Cruz, que representan la prueba. Este simbolismo indica la íntima conexión entre María y Jesús en la historia de la salvación. El travesaño y la cruz: Simbolizan el calvario. Para la doctrina católica, la Santa Misa es la perpetuación del sacrificio del Calvario; por lo tanto, enfatiza la importancia del Sacrificio Eucarístico en la vida del cristiano.

Oración de Nuestra Señora de las Gracias

Oh Virgen Inmaculada, Madre de Dios y Madre nuestra, al contemplarte con los brazos abiertos, derramando gracias sobre quienes te las piden, llenos de confianza en tu poderosa intercesión, manifestada innumerables veces por la Medalla Milagrosa, reconociendo nuestra indignidad por nuestras innumerables faltas, nos acercamos a tus pies para exponer, en esta oración, nuestras necesidades más apremiantes (momento de silencio y de pedir la gracia deseada).
Concede, pues, oh Virgen de la Medalla Milagrosa, este favor que te pedimos confiadamente, para la mayor gloria de Dios, la magnificación de tu nombre y el bien de nuestras almas. Y para servir mejor a tu Divino Hijo, inspíranos un profundo odio al pecado y danos el valor de afirmarnos siempre como verdaderos cristianos. Amén.